La creatividad

Dicen que la creatividad es innata a todos los seres humanos, pero en la mayoría de ocasiones dejamos que vaya perdiendo facultades para terminar siendo un lujo que muchos creen inalcanzable.

Lo que está claro es que creatividad son muchas cosas, en muchos sitios, en una barbaridad de momentos. No es más creativo el que a más gente llega o el que más transmite, quizá haya sabido posicionarse de la manera correcta, y posiblemente haya valorado distintas posibilidades, equivocándose en ocasiones, hasta llegar a la adecuada.

Y es que la creatividad no es suerte.”La creatividad es esfuerzo. Hay días más difíciles que otros, situaciones complicadas y veces en las que por más que nos esforcemos no conseguimos llegar. Pero hay que estar ahí para intentarlo. Es importante comprender que cada uno tiene que encontrar su manera de inspirarse, de sentir que está haciéndolo bien.” Fragmento del curso Un paseo por lo invisible, de Mónica Bedmar.

Ahora mismo estamos en pleno curso de estilismo y fotografía culinaria básico, y estamos alucinando con las fotos que está haciendo la gente con unas verduras, cómo van perdiendo el miedo al “dark mood” o fondo negro, y estamos viendo una barbaridad de imágenes que transmiten a leguas. (Podéis seguirlas en instagram con el hashtag #helloaiala)

Luego vemos el esfuerzo tan grande que han hecho los alumnos de Hello!Blogging Pro dando rienda suelta a su talento y nos quedamos con la boca abierta. A algunas personas las conocíamos de antes, pero otras nos han abierto las puertas de su personal creatividad, y una vez más, alucinamos.

Como dice esa frase que muchos tenemos en nuestra cabecita, la creatividad existe, pero tiene que encontrando trabajando. Cada día leemos artículos que nos hablan de formas de buscar inspiración y atraer la creatividad,  o porqué la rutina no tiene porque matar a la creatividad. Algo de lo que hablamos hace un tiempo, 4 enemigos de la creatividad.

Al final como en todo, hay que tener las ideas claras, trabajar duro y con constancia, estar con los ojos abiertos a cualquier estímulo que el día a día quiera enseñarnos y después, disfrutar, porque solo así sentiremos que siempre siempre todo merece la pena, hasta los tropiezos, pero no olvides luego levantarte.