Como muchos sabréis, en el mundo de la fotografía existen horas mágicas que, a causa de un factor tan determinante como es la luz, permiten capturar las mejores estampas. Sombras y contornos ideales, preciosos efectos de luz… En este artículo queremos ahondar en dos franjas horarias consideradas mágicas: la hora dorada y la hora azul.
¿Por qué son tan importante en nuestro mundo? Ambos son momentos en los que podemos dar rienda suelta a nuestra pasión por la fotografía: la inspiración se dispara y los sentimientos están a flor de piel. Son momentos del día en el que, incluso nosotros mismos, nos sentimos diferentes. Instantes casi místicos en los que merece la pena echarse la cámara al cuello y salir a fotografiar. Pero, ¿en qué se diferencian la hora dorada y la hora azul?
1. ¿Cuál es cuál?
Cuando fotografiamos durante el amanecer, lo que veremos es que el cielo va tomando unos tonos anaranjados en la zona por la que saldrá el sol. Y poco a poco, esos tonos irán ganando más y más intensidad, hasta el momento en el que el sol aparezca.
La hora dorada es ese instante, aproximadamente, justo antes de que salga el sol o justo antes de ponerse del todo. Si estamos en el lugar donde queremos fotografiar una media hora antes, podremos sacar instantáneas espectaculares con tonos naranjas – amarillos que van volviéndose más intensos. Una luz cálida y atractiva visualmente que sería imposible conseguir en otros momentos del día. La horada dorada se acaba cuando el sol aparece (en el caso del amanecer) o justo cuando desaparece (en el caso del atardecer).
En el caso de la hora azul, es esa franja del día justo antes de la hora dorada (por las mañanas) y a continuación de la hora dorada (en el caso de la puesta del sol). En ese momento el cielo pierde esos tonos amarillos y anaranjados y empiezan a aparecer los azules intensos. Por eso una de las características principales de la hora azul es que en el horizonte que vemos cuando el sol aparece o se pone, podemos empezar a vislumbrar una degradación del tono (de azul a naranja).
En cuanto a sus características, otros aspectos que diferencian las fotografías realizadas en la hora dorada y en la hora azul son la temperatura de color y las distintas texturas que aparecen. Si hacemos fotografías en hora azul obtendremos una temperatura de color más fría y colores más saturados. La hora dorada es perfecta para conseguir colores más suaves, cálidos y con menor saturación.
2. Cómo sacar provecho de la hora dorada
La posición es importante. Depende de si nos colocamos frente al sol, de lado o de espaldas, dependiendo de lo que buscamos. Por ejemplo, si buscamos una luz suave y cálida, podemos colocarnos de espaldas al sol y escoger los primeros rayos del sol al amanecer o los últimos al atardecer, para lograr así esos tonos. Si lo hacemos de frente, es posible que se nos queme la imagen, pero si lo hacemos justo en el instante en el que el sol se posa sobre el horizonte (ya sea entrando o saliendo) podemos conseguir resultados excepcionales.
Otra opción si queremos enfocar al sol es cerrar el diafragma. No sólo conseguiremos ese efecto estrella tan atractivo, sino que evitarás el efecto flare que puede estropear la fotografía (debemos recordar no usar filtros si fotografiamos al sol ya que puede aparecer el flare).
También podemos hacer fotografías de frente y sin que aparezca el sol. En este caso sí podemos usar filtros para compensar las grandes diferencias de luz existentes. Esto o, por qué no, dar rienda suelta a la imaginación creando efectos de contraluz que pueden resultar muy interesantes.
A. Configuración de la cámara
Si prefieres no disparar en RAW, haz un balance de blancos manual, ya que en automático te corregirá muchos de estos interesantes tonos cálidos que nos da el período que dure la hora dorada. La exposición también será la correcta en modo manual con las pruebas que hagan falta hasta que consigamos el resultado que buscamos.
3. Cómo sacar provecho de la hora azul
Un buen momento para obtener buenas instantáneas es hacerlo justo en el lugar donde se acaba de poner el sol (si es por la tarde) o en el instante antes de salir (en el caso de la mañana). De esta manera, podemos obtener imágenes muy originales con degradados de color que van del tono azul al naranja, Este momento del que hablamos lo convierte en idóneo, ya que podemos combinar la luz artificial de las ciudades con la luz natural del sol y jugar así con la saturación y con los distintos tonos que se observan en el cielo.
A. Configuración de la cámara
Haz la exposición manualmente con distintas pruebas hasta que estés seguro y, si puedes, lo ideal sería hacer el balance de blancos tras disparar en RAW para corregirlo durante la edición.
B. Material extra
Para hacer fotos en la hora azul es recomendable que llevemos un trípode con nosotros porque la luz natural ya es muy escasa y así no necesitaremos forzar la ISO.