Nuestro profesor Álvaro Sanz nos desvela una serie de consejos para hacer las mejores fotos de paisajes en invierno. Una época del año donde la luz y atmósfera está más limpia que nunca y te permite hacer fotos de gran calidad y tener un impresionante álbum de fotografía de viajes.
Lo sé, hace frío ahí fuera y estás tan cómodamente en el sofá leyendo un libro que pensar en coger la cámara de fotos te da tanta pereza que ni lo planteas como opción. Nos hemos creído que se viajaba en verano y que se fotografiaba con sol durante mucho tiempo, pero hoy voy a intentar animarte a que te saques de encima la manta que te cubre los pies y que salgas a la calle a hacer fotos de paisajes en invierno, porque es una época perfecta para practicar y para jugar con los elementos.
Si te digo la verdad, el otoño y el invierno son mis épocas preferidas para hacer fotos de paisajes. Lo que busco constantemente es el sol bajo, de amanecer y atardecer, y en invierno el sol hace un recorrido muy bajo en toda su trayectoria y la golden hour se alarga muchísimo y el sol de mediodía no es para nada tan duro como el de verano. Es cierto que los días son más cortos, pero casualmente le saco más partido a un viaje en el que puedo hacer fotografías desde las 8 de la mañana hasta las 18 de la tarde que cuando en verano el sol sale a las 6 pero a las 9 ya me tengo que estar escondiendo del sol y el calor, y hasta las 19 de la tarde no puedo volver a hacer fotografías hasta la caída del sol. Sí, los días son más largos pero aprovecho 4 horas, ¡y en invierno las 10 horas de luz!
Te voy a dar algunos consejos prácticos que te pueden ayudar en tu práctica fotográfica. No todo lo que te comento puede que sea necesario en cada viaje o excursión al frío invierno, pero yo lo suelo practicar mucho, y en mi último viaje a la Antártida te aseguro que he estado 21 días combatiendo con el frío, la humedad y condiciones un tanto extremas y si no llego a seguir algunas de estas pautas, quizás hubiera vuelto sin más de una foto.
Hoy voy a basarme en hablar del cuidado del material, porque sin ello puede que estropeemos una jornada súper atractiva en la nieve o en el campo.
1. Weatherproof
Asegúrate que tu cámara está sellada para las inclemencias y que soporta el agua.
Es importante que distingas entre un dispositivo waterproof y weatherproof. Una cámara acuática es una que se puede sumergir debajo del agua. Normalmente son cámaras pequeñas compactas y algunas de las marcas tienen modelos con esta opción, pero yo no hablo de esto.
Yo me refiero a cámaras DSLR o mirrorless que soportan el agua de la lluvia, la nieve y el frío. En mi caso, las cámaras Olympus que utilizo lo pone bien claro en el cuerpo y en las lentes con un indicativo que dice “weather proof” y “splash proof”. Eso significa que la cámara soporta una buena cortina de agua y seguirá funcionando, pero no se puede sumergir debajo del agua.
2. El agua de mar
El agua de mar es el peor enemigo de nuestras cámaras.
Yo puse mi cámara a prueba en el Pasaje de Drake en noviembre y fue divertidísimo ver realmente hasta donde llegaba. ¡El agua helada no pudo con ella! Pero te recomiendo que, si tu cámara se moja con agua de mar, rápidamente le pases un paño de agua dulce y limpies todas las zonas delicadas donde hayan tornillos o cualquier parte metálica.
3. El truco del arroz
Si la cámara se te cae al agua, ya sabes el truco, es el mismo con el teléfono móvil: arroz. Es complicado hacerlo y un ejercicio de paciencia, pero debes sumergir literalmente tu cámara en dos kilos de arroz y no intentar encenderla bajo ningún concepto durante 48 horas.
4. El trapo absorbente
Lleva un trapo absorbente por si llueve o nieva y tienes que limpiar las lentes. Que se puedan mojar no quiere decir que nos vaya a ayudar tener el cristal mojado. Piensa que cualquier gota de agua o nieve puede que se vea magnificada en la imagen y no siempre vas a quererlo.
5. El cambio de lente
Sé muy cuidadoso al cambiar de lente porque si te cae una gota de agua o nieve en el sensor puede que al aire libre y en condiciones de frío no sea fácil limpiarlo. En cualquier caso, si cambias de objetivo asegúrate de que el cuerpo de la cámara apunte hacia abajo para proteger al sensor. No nos damos cuenta y lo solemos hacer apuntando hacia arriba.
Otro de los peligros son los guantes, bufandas y gorros de lana que llevamos, que sueltan muchas pelusas y a mi alguna vez me ha caído una pelusa de los guantes dentro del sensor.
6. Vigila que no se empañe el sensor
Te parecerá una tontería, pero si ves la imagen empañada totalmente y no encuentras de qué viene porque el frontal de la óptica está limpio, puede que se te haya empañado el sensor en un cambio de óptica, o incluso la mirilla.
Es importante que no entres en un sitio caliente para cambiar de lente porque si lo haces, aunque pienses que eso protegerá la cámara de las gotas, al someterla a un cambio de temperatura harás que en ese instante se empañe el interior de la cámara.
7. Evita los cambios de temperatura constantes
No sometas a la cámara a cambios de temperatura constantes para “protegerla”. Es mejor que la acostumbres al frío. Seguro que has oído que los padres y madres suecos dejan a sus hijos en la calle un ratito cuando se van a tomar algo a un bar; pues nosotros debemos hacer lo mismo con la cámara.
Acostúmbrala al frío un rato antes de ponerte a disparar y no cometas el “error” de esconderla bajo el abrigo constantemente porque la empañarás.
8. Lleva las baterías pegadas a ti
Las baterías se descargan antes con el frío. Eso es una realidad. Así que no lleves las baterías de repuesto en la mochila porque estarán sometidas a una temperatura baja.
Yo en los viajes al frío siempre llevo una batería dentro del forro polar pegada a mi pecho, en un lugar calentito y seco.
Cuando vuelvas a casa tampoco tengas prisa en poner el equipo a salvo al calor de la chimenea porque se condensará todo de golpe y empezará a soltar agua a chorro. Deja la mochila en la entrada un rato o en un lugar con temperatura ambiente y aunque tengas unas ganas tremendas de ver las fotos de paisajes que has hecho la tarjeta puede que al ponerse caliente en la ranura del lector de tarjetas también se condense.
Déjala un ratito en la mesa a temperatura ambiente.
9. Usar de manera adecuada el flash
Una forma de que puedan salir bien las fotos de retratos con fondos de nieve, es utilizando el flash. Así evitamos que la persona salga oscura y logramos obtener retratos con nieve perfecta, gracias al uso del flash de nuestra cámara.
Espero que con estos consejos te atrevas a sacar tu cámara de la bolsa y fotografíes este invierno tan espectacular que estamos viviendo en algunos lugares de nuestro país.
Recuerda que nos vemos el 22 de mayo en el curso de Fotografía tus viajes para hacer fotos de paisajes. Si haces clic podrás ver toda la información sobre el curso, el vídeo en el que explico el enfoque del curso y ¡apuntarte!
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Muy útil , muchas gracias por vuestros consejos!