En los tiempos en los que vivimos, la rutina diaria se ha vuelto frenética. Vivimos rodeados de estímulos constantes y que aparecen de forma simultánea a nuestro alrededor. Ya sea por nuestro estilo de vida, el móvil u otras distracciones, el caso es que las personas tienen cada vez más dificultades para concentrarse y atender en el trabajo o en sus estudios.
¿También te pasa? ¿Quieres saber cómo mejorar la concentración y la atención a la hora de realizar cualquier actividad? ¡Sigue leyendo y haz caso a nuestras recomendaciones!
1. Consejos para mejorar la concentración y la atención
A. Fuera distracciones
El primer punto parece obvio, ¿verdad? Y es que si lo que buscamos es contar con la máxima concentración para realizar una tarea de la mejor manera posible, debemos evitar todos los estímulos externos que no nos interesen.
Acude a un lugar tranquilo, con una temperatura adecuada, libre de ruidos y, a ser posible, que esté orientado adecuadamente para la actividad que quieras realizar. Por ejemplo, si necesitas estudiar, vete a una biblioteca o a un lugar adaptado para el estudio. ¡Ah! Y evita la multitarea, imprescindible para enfocar toda tu atención en lo que estás haciendo; si haces varias cosas a la vez, acabarás por no realizar ninguna de ellas correctamente. Y, por supuesto, el móvil apagado o en silencio.
B. Tómate tus descansos
Si estás buscando mejorar la concentración y la atención de cara a sesiones de estudio o trabajo, deberás aprender a planificar y organizar bien tus descansos, clave para que tu rendimiento no decrezca en tu jornada de estudio o trabajo. Debes contar con un descanso cada hora y media como máximo, ya que a partir de ahí la atención y la concentración descienden y, con ello, nuestro rendimiento. Aunque, si llevas ese tiempo trabajando o estudiando, te notas fresco y que tu sesión está siendo productiva, continúa un poco más hasta que notes que tu atención decrece. Si tienes previsto planificar sesiones de trabajo o estudio de, por ejemplo, unas 4 horas diarias, lo más recomendable sería que hicieses dos descansos de unos 10 ó 15 minutos.
C. ¡Música maestro!
Aunque esto depende de cada persona, la música puede ayudar a concentrarse. Si eres un melómano de los que escucha música en cualquier momento del día o simplemente crees que la música puede ayudarte a mejorar tu concentración a la hora de estudiar o trabajar, ¡ponte los cascos y adelante! Planifica una lista de reproducción para evitar distracciones y escoge música que ronde los 60 – 70 beats o golpes por minuto. De esta manera, la música irá a un ritmo similar al de tu frecuencia cardíaca, lo que ayudará a mejorar tu concentración y tu productividad. Desde música clásica o música ambiental instrumental hasta chill out… Cualquiera de ellas es perfectamente válida para concentrarse.
Otra opción, si prefieres trabajar o estudiar sin música, es la de escucharla antes de ponerte a ello, ya que lograrás estimular tu actividad cognitiva, lo que te dará ese “punch” necesario para que logres el máximo rendimiento; así, durante el transcurso de la tarea puedes estar en silencio si lo prefieres.
D. La poderosa rutina
A veces hay que romper la rutina, sí, pero planificar una buena rutina para tus tareas no tiene por qué estar reñido con el aburrimiento. Todo lo contrario. Nos ayudará a aprovechar mejor el tiempo. Coge una agenda y fija objetivos realistas, programados con antelación, y establece prioridades entre las tareas de estudio o trabajo más y menos complicadas. Deja un hueco para imprevistos que puedan surgirte en el desempeño de las tareas a realizar, así evitarás desorganizar tu planificación.
E. Haz ejercicio físico y deporte
¿Qué decir sobre los beneficios que tiene el deporte sobre nuestra salud? Esos mismos beneficios repercuten en nuestra concentración y atención a la hora de trabajar o estudiar. Y es que, si pudiéramos meter todos los beneficios del deporte en una pastilla, sería el mejor medicamento del mundo.
Consigue, entre otras cosas, reducir el estrés, propiciar un mejor descanso y ayudarnos a estar más concentrados mentalmente, ya que existe una fuerte relación entre concentración y estrés. Un estrés positivo (activación mental), nos ayudará a un mejor rendimiento. Sin embargo, un estrés negativo empeorará tu rendimiento, llegando a ser una barrera difícil de traspasar cuando queramos concentrarnos. Así que ya sabes, ¡a hacer deporte!
F. Duerme bien
Esto es esencial. ¿Quién, en época de exámenes, no se ha marcado un atracón de estudio sin dormir nada o durmiendo muy poco para intentar aprobar un examen próximo? ¡Gran error! Dormir las horas necesarias hace que nuestro cerebro pueda recuperar su actividad cognitiva para rendir al máximo. Un sueño de calidad de unas ocho horas (dependiendo de la persona y de su edad) te va a dotar de un estado de lucidez y total atención, imprescindible para alcanzar el máximo rendimiento en tu actividad diaria, además de ser muy bueno para la memoria. Sin dormir bien, rendir al 100% es imposible, por eso la base para mejorar la atención y concentración es un óptimo descanso.
G. Meditación…
Existen técnicas de meditación que ayudan a mejorar la atención y la concentración. ¿Has oído hablar del Mindfulness? Es una práctica que busca como objetivo la Atención Plena o Atención Consciente, dirigida a que nuestra vida sea más activa, creativa, pragmática y que podamos estar más despiertos de cara a nuestra tarea, aprovechando al máximo el momento presente. Una disciplina que pretende enterrar ese piloto automático con el que parecemos vivir cada día, lo que es ideal para mejorar la concentración y la atención al realizar cualquier tarea. ¿Te animas?