¡Vamos a despertar esas creatividades! Venga, ¿juegas?
En 1967, J.P. Guilford, un psicólogo estadounidense conocido por sus estudios sobre la inteligencia, desarrolló lo que se conoce como el test de los usos alternativos. Mediante este sencillo test, lo que se propone es que en el plazo de 2 minutos, pienses todos los usos diferentes que podrías darle a un objeto de lo más cotidiano como por ejemplo una almohada, un sacacorchos, una llave o todo aquello que se te pueda ocurrir.
Antes de seguir leyendo, ¿te paras un momento a jugar con nosotras? Venga, vamos a ver qué cantidad de usos le encuentras a… a…. mmm… veamos, veamos… ¡un paraguas!
Foto: Edu Lauton
Aunque aquí te proponemos este juego como pequeño reto para sacar a pasear a tu creatividad, en realidad este test mide la inteligencia divergente de forma más compleja, analizando las respuestas de acuerdo a 4 categorías diferentes:
- Fluidez: sencillamente, contando el número de ideas que se te vienen a la mente en esos dos minutos.
- Originalidad: dando importancia a lo originales que puedan ser los usos que has encontrado para el objeto en cuestión. No es lo mismo decir que una cuchara puede servir para comer que usarla como catapulta.
- Flexibilidad: ¿cuántas áreas has conseguido abarcar con tus respuestas? Si dices que la cuchara sirve para comer y para remover la sopa, podríamos decir que estás abarcando un mismo área pero si propones usarla como sujetapuertas, estás cubriendo un área diferente.
- Elaboración: que da importancia a cómo de elaboradas estén tus respuestas, cuánto detalle hay en ellas. No es lo mismo decir “para comer” que “de sujetapuertas para que no den golpes con el viento”.
Ahora, ¡queremos saber qué se te ocurrió con el ejemplo del paraguas! Coméntanos esos disparatados usos que no se nos habían ocurrido para que nos echemos unas risas entre todos. ¡Seguro que nos sorprendemos de cuánta creatividad anda suelta por ahí!
Yo lo usaria de plato gigante en mesas de cumpleaños! Llenandolo de chuches, patatas,, o pan…
También se me ocurre usarlo para llenarlo de hojas secas ahora que es otoño y dandole vueltas con el brazo hacer una bonita lluvia de hojas..
¡Qué dos ideas tan chulas! Lleno de gusanitos puede ser el sueño de muchos niños jajajaja y lo de las hojas, ¡el de muchos adultos!
Como barco para los muñecos…
Oye, en una piscina, ¡puede dar para muchas horas de diversión! Tomamos nota aunque eso sí… ¡esperemos que luego no se les ocurra hacerlo en la bañera! jajaja
Quedaria muy mono como revistero en la consulta del dentista!
Jajajajaja, por favor, señores y señoras al mando de la salud mental de este país, ¡tomen nota! Sus consultas ahora están de lo más sosas y tenemos que evadirnos del daño inminente, jajajaja. ¡Una idea perfecta!
Le colgamos cositas y lo ponemos al techo y ya tenemos un movil para niños y si ya le
Ponemos una bombilla hace también de lámpara…
¡Siiiiiii! El móvil mola.
Mi hermana y yo usábamos paraguas para hacer techos de casitas. Como espada contra los enemigos, como pantalla de una bombilla de techo o sin tela como estructura para colgar velas….
Jajajajaja, ¡eso es sacarle partido a un paraguas! Lo de la espada contra los enemigos es genial. Un paraguas une mucho en la lucha contra el mal…
como tazón gigante para tomar el café por las mañanas (lleno de muesli) o llevarlo de un color llamativo por las noches para que te encuentren tus amigos en un concierto.
¡Síiiiii! Tazón gigante para el café.