Cómo hacer un proyecto fotográfico personal

Hoy es Sonja Stich, nuestra profesora del curso de Composición fotográfica, la que toma las riendas del blog para compartir con nosotros su visión acerca de las posibilidades que ofrece desarrollar un proyecto fotográfico personal para aprender a comunicar nuestro imaginario interior.

Hace unos meses terminé mi primer proyecto fotográfico, Participation Mystique, y es que después de fotografiar casi a diario durante años, sentí la necesidad de concretar más mi trabajo. El tema del proyecto es la relación de mis hijos con la naturaleza y las emociones que ello me genera. He resumido las fotos del proyecto en mi web y ahora estoy enviándolas a competiciones.

También he creado un libro de fotografía, Capture the energy of life.

Llevar a cabo este proyecto me ha ayudado a desarrollar una idea más allá de lo visual. Las fotos ya no son solo una recopilación de momentos, sino que cuentan una historia, son el reflejo de un pensamiento y una actitud ante la vida.

Las fotos que tomamos de nuestros hijos, nuestra vida cotidiana y nuestra visión del mundo pueden ser un gran regalo no sólo para nosotros, sino también para otras personas. A menudo no nos damos cuenta de eso, pero también deberíamos mostrarlas a un publico más grande que la familia y los followers de Instagram.

Imágenes de un gesto, una mirada, o incluso nuestra casa desordenada y nuestros platos sucios tienen el poder de conmover a las personas y hacerles pensar (si se hace con gusto, ¡claro!). Nuestra mirada sobre los detalles, un reflejo en un charco o un escaparate pueden evocar emociones y recuerdos. Las imágenes, más que las palabras, tienen un efecto inmediato. A la gente le encanta ver fotos de otras personas, las fotos tienen el poder de conectar.

Por supuesto, concursos y publicaciones son perfectos para presentar su trabajo. Pero, como todos sabemos, es difícil tener éxito allí. Una página web o una pequeña exposición en una cafetería (en las ciudades hay muchas de ellas dispuestas a que puedas exponer tu trabajo) también pueden servir para presentar tus fotos.

En cualquiera de los dos casos es recomendable fijar un título para el proyecto que transmita la temática y el mensaje de las fotos. Por lo tanto, no ponemos: “Fotos de mis hijos”, sino “juego” o “vida familiar en la ciudad”. No ponemos “fotografía callejera”, sino “reflejos”, “luz y sombra” o “encuentro”.

El título de tu proyecto también es, de alguna manera, el hilo conductor de todas las fotos.

Para encontrarlo, puedes considerar temas que te interesen al margen de la fotografía. Podría ser que este tema también se mostrase en tu colección de fotos. Así fue en mi caso:

La mayoría de mis fotos de los últimos años y las que más me gustan muestran a mis hijos inmersos en la naturaleza, en contacto con los animales, las plantas y todos sus elementos. Por otro lado, desde hace mucho tiempo me preocupa como los humanos tratamos la naturaleza. Y además, creo que los niños sienten una conexión natural con la naturaleza, una conexión sagrada y que debe ser protegida. Esta conciencia me acompaña desde hace muchos años, pero fue solo a finales de este verano cuando me di cuenta de que también es un tema que me inspira cuando hago fotos a mis hijos, de que era el título perfecto y el hilo conductor de mi proyecto.

Personalmente, hago fotos de forma espontánea e intuitiva. Por lo general, me dejo guiar por lo que me parece interesante. Como resultado, acabo con una colección ecléctica de fotos de niños, fotografía callejera, paisajes y naturaleza muerta. No quiero rechazar esta colección porque todo fue importante en algún momento de mi vida, pero también me he dado cuenta de que mis fotos pueden ser más significativas si me dedico a un solo tema durante un período de tiempo más largo.

De hecho, una vez terminado el primer proyecto del que os he hablado, decidí comenzar con el segundo, y hace ya un mes que comencé un nuevo proyecto personal para documentar la vida cotidiana de mis hijos en la escuela libre a la que van.

Hay muchas maneras de empezar un proyecto personal, y éste puede tener miles de formas.

Puedes buscar un tema que te atraiga o unirte a un grupo que ya esté trabajando en un tema que te llame la atención.

Puedes iniciar un proyecto de 365 días, de 30 días, o sacar fotos de forma más salteada en el tiempo.

Puedes documentar algo tan concreto como una profesión, tu vecindario, la vida cotidiana de una persona que te fascina, o por el contrario puedes trabajar sobre una idea más abstracta, como un sentimiento.

Las fotos pueden ser documentales y contar una historia a través de gestos, miradas, el ambiente, etc, o pueden ser más universales, misteriosas y dejar espacio para la interpretación. Es más, puedes combinar diferentes géneros o limitarte a sólo uno de ellos.

En conclusión, creo que lo más importante es encontrar un tema que nos emocione para que tengamos la energía y la motivación para trabajar en él durante el periodo de tiempo necesario. Si a nosotros no nos gusta nuestro propio proyecto, a nadie le gustará cuando lo terminemos.