La marca en la que trabajaba Clara cerró hace dos años y ella aprovechó para tomarse un tiempo, formarse más y decidir qué quería hacer con su vida profesional. El pasado enero creó la firma The Roulette, y un día antes del confinamiento iba a ser su lanzamiento oficial. A pesar del momento, supo adaptar su empresa al COVID-19 y reescribir su plan de negocio. Hoy, The Roulette está a punto de lanzar una segunda colección. Esta es su historia.
Este mes de septiembre de nuevos comienzos en muchos sentidos, en medio de una situación difícil y llena de incertidumbre, queríamos compartir en el blog dos historias muy especiales de alumnas de Hello! Creatividad. Las dos se han lanzado a emprender este 2020 y han superado ese inicio de sus empresas durante el confinamiento; hoy trabajan duro y con ilusión en el día a día de sus proyectos. Su experiencia e historias, por las circunstancias, nos parecen especialmente interesantes para todos los que os estéis planteando emprender.
La primera de esas historias es la de Clara Lluch y su firma The Roulette. Y así nos la ha contado ella misma:
Eres diseñadora de moda de mujer pero, ¿cómo y cuándo te decides a crear tu propia marca?
“Siempre he trabajado para otras marcas. Hace un par de años cerraron la marca para la que trabajaba y decidí parar un poco antes de empezar a mandar curriculums y hacer entrevistas. Durante este tiempo, aproveché para hacer muchos de vuestros cursos y allí encontré la motivación y las ganas de querer montar mi propia marca.
Empecé con el curso de Emprendedores creativos con Mar Ramos.
Allí aprendí a crear la estrategia; a organizarme; a saber qué quería y cómo lo quería; a tirar ideas a la papelera; a volver a empezar, a tener una guía.
¡Gracias, Mar, por sacarme de mi zona de confort y ayudarme a romperme mucho el coco y a perder el miedo a las páginas en blanco!
Lo combiné al tiempo con el curso de Branding gráfico de Marta Guillén que, aunque yo ya tenía nociones básicas de diseño gráfico, me ayudó a crear lo que sería la imagen de la marca.
Y, por último, hice el de Hello e-commerce con Noe, con el que me encontré de cara con todo el mundo del e-commerce que para mí era completamente desconocido. Junto con el curso de Emprendedores Creativos, fue una guía imprescindible para poder montar mi marca desde cero. Y gracias a estos dos cursos encontré la motivación definitiva, tracé el business plan, busqué financiación, talleres, proveedores… durante dos años.”
Y, al fin llega el momento de lanzarla, este 2020…
“Tenía que hacer el lanzamiento de la marca el 15 de marzo de este año. El día 13 decretaron el estado de alarma y tuve que pararlo todo, y tuve un poco de miedo con toda la situación e incertidumbre.
¡Pero, finalmente, lo conseguí! El día 22 de junio pude lanzar la web y la marca. Esta temporada está un poco coja, porque algunos talleres y proveedores estaban en ERTE, tuve que anular prendas, hacer la sesión de fotos con amigos y las fotos desde mi móvil… Y la verdad es que muchas de las cosas que había planeado tuve que adaptarlas a la situación y sacarlas adelante como pude.
Aprendí un montón de todo. El parón también me ha permitido buscar nuevas formas de vender.
Durante el confinamiento hice todas las ventas pre-venta por e-mail, enviando los diseños a amigos y conocidos, y la verdad es que vendí mucho más de lo que me esperaba y la gente confió en mí sin ver las prendas físicamente.”
Es la primera vez que emprendes, ¡y qué primera vez!, seguro que está siendo como un Máster acelerado. Pero nos gustaría que nos contases tu experiencia, sobre todo para todas esas personas que se lo están planteando en estos momentos.
“Emprender sola es durísimo, hay días que te miras al espejo y te preguntas en qué momento decidiste meterte en esta aventura.
Pero luego te compensa ver lo que has sido capaz de lograr y disfrutas haciendo lo que realmente querías hacer. La parte dura de emprender sola es que de repente tienes que entender conceptos que ni sabías que existían, que se te escapan y que tienes que solucionar. Tú eres todos los departamentos de la empresa: marketing, finanzas, diseño, producción, ventas, atención al cliente… Y eso significa tener que dedicar muchas horas, sobre todo a las áreas que conozco menos, y me quita tiempo de la parte creativa.
Yo comparo emprender como cuando empiezas la obra de una casa nueva: siempre hay retrasos, imprevistos de última hora, reparaciones, volver a empezar, presupuestos aprobados que se triplican y se descuadra el presupuesto inicial…
Tenía previsto lanzar la marca al mercado en febrero de este año. Pero un sinfín de imprevistos y retrasos hicieron que tuviera que posponer el lanzamiento para el 15 de marzo. Hacía días que escuchaba las noticias de China sobre el COVID-19, pero ni por asomo pensaba que lo que estaban viviendo en China en aquel momento lo íbamos a vivir nosotros. Así que seguí con el plan de lanzar a mediados de marzo en mi cabeza.
Y ¡sorpresa! El día 13 de marzo se decretó el estado de alarma en España. En aquel momento, tal y como estaba el país, los hospitales, el número de fallecidos… tuve clarísimo pararlo todo: producción con los talleres, proveedores, web, lanzamiento de la marca en redes sociales… No era el momento.
Las primeras semanas no pensé nada, estaba pendiente de las noticias, de ver los ánimos de la gente en general… pero, por otro lado, tarde o temprano tenía que pensar en un lanzamiento hipotético. Todo era tan incierto que me costaba mucho trazar un plan y hacer un time-line, porque no tenía ni idea de si esto iba a durar unas semanas o un año.
Tienes un guión, un plan de negocio, un análisis DAFO, unos objetivos, que para mí es absolutamente imprescindible y necesario cuando tu idea está desordenada en tu cabeza, sobre todo para la gente que no somos de finanzas ni tenemos estudios de gestión de empresas. Te ayuda a tener una “foto”, una visión de lo que va a ser tu empresa/negocio en los próximos cinco años. Y ahora todo esto ha cambiado, ya que con tanta incertidumbre es muy difícil pensar a cinco años vista. Los objetivos a largo plazo se han reducido a un año como mucho.
Ningún plan de empresa te enseña a afrontar la situación que hemos vivido. Tuve que cambiar de planes, volver a empezar de cero y aprovechar este momento para cambiar las formas de producir y vender. Y de aprender a marchas forzadas a llevar un negocio con un plan que conviva con la incertidumbre diaria.”
Ha sido tan surrealista todo que daban ganas de llorar. A veces me entraba una risa incrédula y pensaba que cómo podía ser que me coincidiera el lanzamiento de un proyecto en el que llevo más de dos años trabajando, justo con una pandemia mundial.
¿Cuándo y cómo decides retomar tus planes o reorganizarlos?
“Pasaban los meses y veía que se me echaba el tiempo encima y que tenía una producción en los talleres que me entregarían en cuanto pudieran reanudar su actividad. Todavía no tenía la web ni Instagram abiertos para vender al público. Un día, decidí montar un PDF con las fotos que tenía y algunos bocetos y hacer una pre-venta para los amigos y conocidos. Escribí un texto explicando la situación y lo envié junto a las fotos y precios con descuento. Vendí una cuarta parte de la producción.
Esto me dio muchísima confianza, aunque fueran amigos, familia y conocidos. Era gente que había confiado en mí, había pagado por una prenda sin saber cuándo iban a recibirla, y para mí fue una responsabilidad enorme.
En cuanto pudimos volver a salir, aproveché para terminar detalles de la web, crear contenido para redes, llamé a amigos y conocidos y organicé sesiones de fotos haciendo todas las fotos con mi móvil. Me tuve que reinventar, aprender a retocar, encuadrar… Estaba acostumbrada a trabajar con fotógrafos, modelos, estilistas, maquilladores profesionales, pero la verdad es que estoy muy contenta con el resultado final de las fotos.
Finalmente, me entregaron una parte de la producción el 22 de junio. Decidí abrir la web y las redes sociales y pude servir algunas ventas hechas durante el confinamiento.
Hasta mediados de julio, justo cuando todas las grandes marcas ya habían empezado las rebajas, no tuve toda la producción. Tardísimo para vender una colección de primavera-verano. Tenía que haber participado en un par de markets que se anularon de última hora. Una vez más, tuve que reinventarme. Decidí organizar un showroom de venta privada junto a otras dos marcas y, aunque se notó la baja presencia de gente debido a las restricciones del momento, logré vender más de lo esperado.
La verdad es que intentar vender en dos meses una producción pensada para un período de seis ha sido muy complicado, pero he logrado vender un 70% de la producción cosa de la que estoy muy, muy satisfecha, aunque lo haya tenido que vender con algún descuento debido a las fechas en que estábamos.”
¿Has cambiado la estrategia a medio plazo que tenías planteada antes del confinamiento?
“Antes de la pandemia tenía pensado ir sacando colecciones cápsula y nuevas prendas cada tres meses y empezar con un pre-otoño ahora en septiembre. Pero ahora he tenido que cambiar toda la estrategia de venta y presentar (si todo va bien) directamente la colección otoño/medio invierno en noviembre.
Ahora tengo que aceptar que voy un poco a contracorriente de los tiempos de publicaciones de prensa, presentaciones de las colecciones, etc., y me perjudica en visibilidad y presencia en el mercado.
Pero, por otro lado, me da tiempo a pensar bien las cosas, a ponerle cariño, mejorar la experiencia de la producción, buscar nuevos proveedores, comprar tejidos a conciencia sin generar stock innecesario, pensar bien la sesión de fotos, corregir errores y no tomar decisiones precipitadas.
Marcar mi propio ritmo de trabajo, ser consciente de que la empresa lleva tres meses en el mercado, y poner los pies en la tierra.
Tengo que ser consciente de que soy yo sola, que a todo no puedo llegar aunque quiera, que está súper bien marcarse grandes objetivos pero que hay que ir poco a poco y, sobre todo, estar preparada para salirme del guión y dejar que las cosas pasen.”
Clara es una de esas personas que, además, nos ha animado en nuestro propio proyecto en este difícil 2020. En julio recibimos un mail suyo contándonos su historia sólo para dar las gracias:
“Os lo agradezco muchísimo porque estaba en un momento un poco perdida, tenía todas las ideas, pero me faltaba una guía para poner orden. Me ayudó mucho a tomar una decisión firme y no dudar. Y estoy súper contenta de haberlo logrado y también es un poco gracias a vosotras! ¡Así que gracias de nuevo!”
Hoy te agradecemos a ti el chute de satisfacción que fue tu e-mail para el equipo, y te deseamos mucha suerte.