¿Os acordáis de la película Billy Elliot?
Billy es un chico de once años que descubre su pasión por el ballet y que, haciendo frente a los prejuicios y las creencias de la sociedad en la que vive, de las de su familia e incluso de las suyas propias, lo da todo por perseguir su sueño.
Su historia es la historia de una vocación, llena de dedicación, esfuerzo y de compromiso con uno mismo.
Hay personas que, como Billy, descubren su vocación desde bien jóvenes y tienen la fortuna de dedicarse a ello (no exentos de voluntad, arrojo y perseverancia). Otros, sin embargo, lo hemos hecho a edades más tardías dando un giro a nuestra carrera profesional.
Y algunos me comentáis en el curso de coaching personal online Hello Coaching que es ahora cuando estáis buscando vuestra verdadera vocación.
Encontrar tu vocación requiere realizar un viaje interior, de autoconocimiento, y también exterior, de las oportunidades que el mundo te plantea. Así que la pregunta es: ¿por dónde empezar?:
*. ¿Qué es una vocación
Primero, tenemos que definir este concepto clave para nuestro artículo. La vocación de un individuo se define como la “atracción” o inclinación que tiene hacía actividades específicas. Una vocación no se limita a un trabajo sino a todos los aspectos de la vida.
Para encontrar una vocación, solemos necesitar tres cosas:
- Talento en dicha actividad. Mozart era un maestro de la música, tal como Chaplin en actuación;
- Pasión. La vocación de un individuo depende de la felicidad que tiene cuando desempeña dicha actividad;
- Demanda en el mundo: para encontrar su vocación, necesitamos una demanda por parte de otros individuos para que podamos desarrollar dicha actividad. Para seguir con nuestro ejemplo de Mozart, si a nadie le hubiera gustado escuchar música, no hubiera podido desarrollar su arte.
1. ¿Qué se te da bien?
Hay cosas para las que parece que tenemos un talento innato, ya desde pequeños las realizábamos sin grandes dificultades y desde luego son cosas que sabes que se te dan bien. Pero también seguro que hay cosas que se te dan bien y que no eres consciente de ello porque no las has puesto en práctica nunca. Para generar un abanico más amplio de habilidades o capacidades en las que eres bueno:
- Permanece abierto a nuevas oportunidades, sé curioso, vive experiencias diferentes.
Vence tus creencias internas sobre qué se te da bien y qué no. Todos nos hemos contado historias sobre lo que se nos da bien o no. Los que me conocéis sabéis que abrí mi cuenta en Instagram (@misswinter) con el objetivo de destruir mi creencia “yo no soy una persona creativa”. Esta creencia personal me acompañaba desde la época del colegio. Tras casi cinco años de trabajar mi creatividad a través de la fotografía, no me considero la persona más creativa del mundo pero desde luego cada vez tengo más argumentos a mi favor para destruir esa creencia.
2. ¿Qué te gusta hacer?
Se trata de buscar aquello con lo que disfrutas, a lo que le pones pasión, algo que te hace perder la noción del tiempo y que te sitúa en estado único de fluidez.
3. ¿Qué estás dispuesto a hacer para conseguirlo?
La perseverancia, el esfuerzo, el compromiso y la gestión de los miedos son factores clave para responder a las preguntas anteriores y para convertir tu vocación en una realidad.
En la escena final de Billy Elliot, el padre y el hermano de Billy acuden al estreno de “El lago de los cisnes” en Londres, donde Billy es el bailarín principal. Si recordáis, la cámara nos va mostrando, poco a poco, a un Billy adulto a punto de salir a volar en el escenario. El gran salto de Billy convertido en cisne es la metáfora de un gran sueño hecho realidad. Cuando hablamos de vocación, buscamos algo que trasciende el éxito económico.
Encontrar nuestra vocación nos da satisfacción, felicidad y un propósito de vida… ¿no merece por eso la pena dedicar tiempo a encontrarla?
Te espero en Hello! Coaching: el camino del talento y ¡échate a volar!
También puedes realizar el curso de Writing for self discovery para conocerte mejor.