Conociendo a Mary Wilson

Volvemos a la carga con una nueva mini entrevista para esta sección del blog que tantísimo nos gusta. ¡Nada más y nada menos que con Cristina!, que lo mismo dicho así no te suena de mucho pero… ¿qué pasa si te digo que ella es la mismísima @marywilson?

Su cuenta de Instagram es una verdadera pasada. Lo mismo te ves alucinando ante una foto de su hija, que con un paisaje con unas texturas que se pueden hasta tocar o un autoretrato precioso. Ellas es así y parece que la cámara le hace caso, le chiva las imágenes bonitas, y con ella, nos cuenta unas historias a las que es difícil no engancharse. Pura inspiración y pura clase de fotografía en un solo perfil. Vamos a ver lo que nos cuenta…

Mary Wilson y brevedad son términos incompatibles, pero se intentará. Me llamo Cristina, vivo en León y soy madre vintage de una heredera de 9 años. Estudié Derecho, pero no ejercí nunca para satisfacción de los juzgados españoles y, desde hace unos siete u ocho años me dedico a la fotografía (compatibilizándolo con mi trabajo de oficina en la universidad). Lo que viene siendo una mujer del Renacimiento en el s.XXI: lo mismo te hago un Excel, que una sesión de familia, que una exposición de fotos. Y más a gusto que un arbusto de poder hacer de mi pasión, mi profesión.

No sé muy bien cuándo hice mi primera foto, quiero decir de la manera que fotografío ahora.

Mi marido es músico y recuerdo buscar de qué manera compartir esa pasión con él, no desde un punto de vista musical, por el bien de la salud mental de la humanidad completa, así que, siendo algo que me gustaba desde siempre, comencé a interesarme más por la fotografía: un artista siempre necesita un buen book.

En esa época, tuvimos a nuestra hija y mi padre, que era un gran aficionado a la fotografía, murió el mismo día en que nació ella. Cuando recogí sus cosas, encontré su vieja cámara y fue cuando decidí dedicarme a esto, recogiendo el testigo que el destino había puesto en mis manos. ¡Toma ya!

Hay de todo, como en botica. Lo cierto es que tengo mucha suerte con ella: tiene una paciencia casi infinita y es muy teatrera, una combinación deliciosa para aguantar a una madre escondida la mayor parte del tiempo detrás de una cámara y dar mucho juego a la hora de inmortalizar momentos mágicos y hacer fotografías a mi familia.

A veces la veo en un lugar con una luz especial o haciendo algo que me atrae e intento pasar desapercibida; otras veces, le doy alguna indicación o llamo su atención en un momento determinado; por último, hay algunas fotos preparadas de principio a fin: “vamos a hacer…” y éstas son las más divertidas para ella porque es más consciente, hay disfraces, participa en la creación… Aunque en estos casos, normalmente la imagen “buscada” es la primera descartada. Las tomas falsas y naturales siempre son mucho mejores.

En cualquier caso, compartir esta pasión con ella es algo muy especial porque es algo de las dos y nos une muchísimo.

El autorretrato me acompaña casi desde el principio de esta afición, cuando no tenía mando a distancia y utilizaba una escoba para encuadrar y enfocar y después corría a colocarme mientras sonaba el disparo retardado.

Empecé a fotografiarme para practicar y aprendí muchísimo de iluminación, de composición, de técnica, de edición…

Al principio es complicado estar a ambos lados de la cámara, pero ¡nunca vas a encontrar un modelo tan dispuesto! Cuando eres sólo fotógrafo, inmortalizas un momento, una emoción, un vínculo; si además, estás delante del objetivo, eres parte activa de todo eso, es una manera de transmitir, de expresar y de crear. Y de hacer un poco el ganso, si me apuras.

De fotografía, con H!C comencé Un Paseo por lo Invisible, pero desgraciadamente, por cuestiones personales y laborales, no pude terminarlo.

Disfruté mucho con La Naturaleza de las Personas, de Raquel Chicheri, de la que soy fan fan, pero muy fan, y me ayudó para descubrir la magia de las imágenes imperfectas, de la naturalidad y la espontaneidad.

El Writing for Self Discovery, de Nuria Pérez, es uno de mis cursos favoritos del mundo mundial y, aunque su objetivo es otro aparentemente, ha reforzado mi manera de mirar, de sentir, de ser, y por tanto de fotografiar. Porque uno no se descubre ni se expresa necesaria y únicamente con las palabras, sino con cualquier cosa que salga del corazón.

• ¿Tu mejor receta de macarrones? Mi mejor receta de macarrones es de mi marido: pasta con salmón ahumado y huevas de lumpo, aderezado con salsa de queso azul. Pero lo que dicen que bordo es el risotto de setas.
• En días de viento, ¿pelo suelto o trenza bien apretada? Pelassso al viento, y más ahora que me estoy dejando una melena que ya la quisiera Rapunzel.
• Si fuera más joven… Tendría menos años. Creo que no hay nada que no se pueda hacer o dejar de hacer sólo por una cuestión de edad. Y, al fin y al cabo, las madres vintage somos viejunas, pero lo seguimos petando.
• Cosas que puedo contar con los dedos de las manos: Los años de mi hija. Las veces que me he subido en una montaña rusa. Los kilos que me sobran. Las alcachofas que he comido en mi vida, puagh! Las cosas que de verdad importan.
• ¿Qué equipo tienes y cuál es el que te falta? Disparo con una D700, que normalmente lleva el 50mm puesto. Tengo varias focales (35mm, 85mm, un macro, un ojo de pez…), pero pueden pasar meses sin que cambie el objetivo, a no ser por exigencias del guión, así que podría decir que soy yo muy fetichista en lo que a equipo se refiere.

Esperamos que la entrevista os haya gustado. Si no conocíais a @marywilson, seguro que ya sois fans requetefans de su cuenta y si ya la teníais fichada, esperamos que hayáis podido conocerla un poco mejor.

Mil gracias Cristina por haberte pasado por aquí y por habernos dedicado un rato de tu tiempo a contestar a las preguntas, que sé que te pillamos liada con alguna que otra cosa que te traes entre manos, jejeje. ¡Ha sido un placer poder charlar virtualmente contigo!

Si queréis realizar fotografías como Cristina échale un vistazo al curso para hacer fotografías a tu familia o el de fotografía básica.