Los niños consiguen hacer especiales esas fotos que sin ellos no valdrían para nada. Tienen la capacidad de transmitir toda su energía a través de ese brillo tan característico que hay en sus ojos. El cómo lo harán no lo sabemos, pero en este post os queremos dar unos cuantos consejos para conseguir fotografiar a niños capurando toda su intensidad y vitalidad.
Eso sí, esta vez nos vamos a poner los zapatos y vamos a salir a la calle, el lugar más divertido para ellos y el estudio fotográfico con más posibilidades para ti.
1. El lugar
Claramente, la elección de un buen lugar es bastante determinante a la hora de hacer buenas fotos. Está claro que muchas veces no podemos cambiar todos nuestros planes por ir a un sitio en especial, pero si el objetivo es ir específicamente a sacar fotos a tus hijos, sobrinos, o lo que quiera que sea, ¿por qué no investigas y vas a un sitio chulo?
Un parque con columpios y toboganes en el que no haya mucha gente, un mercadillo vintage con tejidos de todos los colores, una calle con casitas típicas, ¡tú decides!
Además, el sitio en el que finalmente decidas ponerte a sacar las fotos influirá en el estado de ánimo de los niños y de su comportamiento, lo que nos lleva al siguiente punto.
2. Deja que hagan lo que quieran
O lo que es lo mismo (para que no suene tan mal), deja que sean libres, que se comporten de forma natural. Si les obligas a posar para ti, además de hacer fotos mucho más aburridas, se cansarán rápidamente o incluso se enfadarán, y eso, como muchos sabrán, tiene difícil remedio.
Volviendo al tema, deja que corran, que salten, que jueguen y, si te parece bien, que se manchen. ¿Nunca te has quedado fascinado ante fotos de niños revolcándose en el barro, comiéndose un helado que no deja de derretirse en la camiseta o chapoteando en una fuente? En fin, a veces hay que hacer sacrificios, y ojalá todos fueran poner una lavadora al volver a casa.
Y esto vuelve a llevarnos a otro punto.
3. La ropa
Suponemos que este apartado nos lo podríamos saltar, pero no está de más recalcar la importancia de que los niños a los que vayamos a fotografiar lleven ropa adecuada para la ocasión.
¡Ojo! No se trata de que vayan vestidos de punta en blanco, sino de que lleven ropa coherente con las circunstancias (el lugar, lo que vayan a hacer, el estilo que le queramos dar a las fotos, etc.).
4. La iluminación
La calle es un lugar con muchas posibilidades, pero se depende muchísimo del momento del día y de la meteorología que haya en ese momento.
Los fotógrafos siempre hablan bien de la hora dorada y de la hora azul (ambas de ellas se corresponden con los momentos anteriores al anochecer), y la verdad es que a esas horas todo está más dramático. De hecho, los fotógrafos muchas veces huyen de la plena luz del día, pues el sol directo hace que las fotos queden bastante quemadas (sobresaturadas) y que las sombras sean demasiado duras.
En cualquier caso, no vamos a obligarte a salir a una hora u otra. Simplemente queremos que tengas en cuenta lo mucho que puede llegar a cambiar la estética de tus fotografías dependiendo de la iluminación que tengas.
5. Fija los parámetros adecuados
Por norma general, para fotografiar a niños hay que ser bastante rápidos. Como te hemos dicho antes, lo mejor sería que pudieran sentirse libres durante toda la sesión de fotos, y eso suele desembocar en movimientos corporales muy rápidos.
Por ello, quizá deberías fijar una velocidad de obturación alta igual o superior a 1/500 segundos y que, después, ajustes el resto de parámetros para equilibrar la exposición (de lo contrario, es muy probable que los niños salgan borrosos y en movimiento).
Si además ves que los niños van más rápido de lo normal y que no te da tiempo a capturar todo lo que están haciendo, plantéate poner el disparo en modo ráfaga.
6. Ponte a su altura
Siempre que retratemos a una persona, sea niño o no, deberíamos enfocar a los ojos para dar un mayor peso a la mirada, pues hacerlo suele dar una fuerza especial a toda la foto en su conjunto.
En el caso de los niños, esos ojitos quedan muy por debajo de nuestro cuerpo, por lo que tendrás que agacharte, tumbarte o ponerte de puntillas para estar a su altura.
Obviamente, la fotografía está para experimentar, así que además de sacar esas fotos “correctas” que te recomendamos, también deberías sacar unas cuantas desde ángulos diferentes: desde arriba, desde abajo, de frente, de espaldas, etc.
7. Deja que te ayuden
Todas las sesiones de fotos con niños consumen mucha energía, pero todavía más si son en la calle. Por ello, te recomendamos que te busques a alguien que esté dispuesto a ayudarte a llevar todo el peso que tú no puedas llevar para poder sentirte cómodo y descargado durante toda la sesión y, sobre todo, que esté dispuesto a echar un vistazo a todos los niños mientras tú les haces fotos (si es que son más de uno).
8. Ten un as en la manga
Puede que el lugar sea maravilloso, que los niños se lo estén pasando genial y que la iluminación sea perfecta, pero llegará un momento en el que ya hayas exprimido al máximo todas las posibilidades, así que te puede venir bien llevar una bolsa con juguetes u objetos que les gusten para que la sesión de fotos pueda alargarse un poquito más.
Además, cuando los niños están utilizando objetos se abre un gran número de opciones nivel compositivo que no puedes dejar escapar.
¡Y eso es todo, amigos! Como veis, podéis jugar con muchos factores y elementos para que las fotos tengan su toque especial. Si quieres seguir descubriendo más sobre la naturaleza de las personas y composición fotográfica, te contamos que tenemos cursos donde tienes a magníficos maestros de los que aprender. Además, en el curso fotografía documental de familia, puedes aprender mucho más de cómo reflejar todas las emociones y sentimientos del día a día de los niños en la vida familiar.